Marcela Monica Peralta



Podríamos mirarnos, acercarnos, 

descubrir nuestras imperfecciones más perfectas…

hablarnos, escucharnos, 

destrabar palabras en forma expresa… 

llenar los vacíos con preguntas y respuestas… 

animarnos… arrimarnos… 

hasta incluso aceptar nuestras diferencias.

Pero si nuestras almas no se alcanzan, 

si ellas no se buscan y de encontrarse se contentan… 

no habrá magia, no habrá destellos ni locura. 

Te mantendrás lejos, aún estando cerca.

Porque puedo no mirarte, no acercarme, 

no descubrir tus imperfecciones más perfectas. 

No hablarte ni escucharte. 

No destrabar palabras, no llenar vacíos de dudas. 

No animarme ni arrimarme… 

que si nuestras almas se descubren, 

se encuentran, se reconocen, se perturban y se unen… 

no habrá distancia posible en este mundo para mantenernos solos. 

Puesto que el alma es la única que,

en un lenguaje de complicidades absolutas,

abre puertas a otra alma. Y ante ella, sucumbe.

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